VRKSASANA O POSTURA DEL ÁRBOL

El nombre de esta postura viene del sánscrito, “Vrksa” que significa árbol y “Asana” que significa postura. Por lo que estamos ante la postura del árbol.

Es una de las posturas básicas más conocidas. En esta asana de equilibrio se necesita tener mucha concentración.

¡Al lío! Cómo hacer la postura del Árbol

Las asanas, al igual que las casas, hay que construirlas desde la base para que sean estables y duraderas. Así que, ¡vamos al lío!

1.- Desde la Postura de la Montaña, con los pies bien asentados en la esterilla, pasa el peso del cuerpo a tu pie derecho.

2.- Mantén firme y recta la pierna derecha y dobla la rodilla izquierda. Levanta el pie izquierdo y apoya la planta en la cara interna de la pierna derecha, apuntando con los dedos al suelo. Puedes poner la planta del pie en el tobillo, en la pantorrilla o el muslo, cerca de la ingle. No apoyes nunca en la rodilla.

3.- Concéntrate llevando la mirada a un punto fijo delante de ti en el suelo, aproximadamente un metro de distancia. Dirige mentalmente la atención a la rodilla izquierda y suavemente muévela hacia izquierda para abrir la cadera. Crece desde la parte alta de la cabeza alargando así la espalda.

4.- Junta las palmas de las manos a la altura del pecho. Si mantienes buen equilibrio, inhala al mismo tiempo que subes los brazos por encima de la cabeza, manteniendo cuello y hombros relajados.

5.- No subestimes esta postura, que árboles más grandes que tú ¡han caído! Ahora simplemente respira y mantén la concentración.

6.- Repite para el lado contrario.

Beneficios de Vrksasana

Hacer crecer un árbol no es tan sencillo, por lo que no te tires de los pelos. Van creciendo poco a poco cuando los cuidamos.

Cuando crezca tu árbol, habrás mejorado el equilibrio y aportado serenidad a tu vida, lo que te ayudará a calmar la mente.

Mejorará tú concentración y relajarás el sistema nervioso. Además se fortalecerán las piernas y la columna vertebral.

Contraindicaciones de Vrksasana

Si tienes la presión alta, no subas los brazos sobre la cabeza. Deja las palmas de las manos a la altura del pecho.

¡Ojo! Si tienes lesiones de tobillo, rodilla y cadera es mejor evitar esta postura. No queremos más lesiones.

Si tienes insomnio no debes practicar esta postura cerca de la hora de irse a dormir. En otro momento puedes hacerla de forma suave. Sé un arbolito en crecimiento, no una secuoya milenaria.

Parece sencilla, pero practicándola te darás cuenta de que hay que trabajar intensamente la concentración, la respiración y el equilibrio.

¿Qué te parece? ¿Plantamos la semilla?