Yoga en Invierno

Hay personas frioleras en este mundo. Yo soy una de ellas. En ésta época me cuesta más mantener una práctica regular de yoga y tengo que buscar opciones para que el frío no sea un impedimento. ¿Quieres saber cómo me las ingenio para llevar bien estos meses de frío? Atenta.

Asana con manta

 

ROPA

Aunque a priori puede parecer algo lógico, la ropa que te pones para hacer yoga en invierno, debe ser la adecuada para la época del año. Los diseñadores de ropa deportiva no deben ser muy frioleros, porque yo, en ésta época, no consigo casi encontrar mallas con un grosor que sea mayor a un folio … (Sí, soy muy friolera). Total, que al final voy con un pantalón de chándal. Mucho más calentito, pero menos cómodo para la práctica.

Lo importante en cuanto la ropa que te pones para la práctica es que estés cómoda. Yo opto en épocas de frío por el “modo cebolla”. Sí, así lo he denominado 😆. Me pongo una camiseta de tirantes o manga corta por si tengo mucho calor (me viene la vena optimista aquí). Encima una camiseta de manga larga (que suele ser de algodón para mantener calor generado con las asanas), y ya si hace mucho mucho frío… entonces un polar encima.
Lo bueno del modo cebolla es que, según va cambiando tu temperatura corporal, te puedes ir poniendo o quitando capas. 😉

Durante la rutina de yoga siempre voy descalza, porque si llevo calcetines, hay muchas asanas en las que me resbalo. Pero en la relajación, o en los pranayamas… ahí tengo de aliados unos calcetines gorditos y calentitos 😍 sin los que no podría sobrevivir.

 

CALENTAMIENTO

El frío del invierno hace que la circulación descienda, que el ritmo corporal sea más bajo y que baje la temperatura del cuerpo (especialmente de los extremos: manos y pies). Los músculos y articulaciones se entumecen, y esto provoca que cada vez requiera un mayor esfuerzo moverse. Para combatirlo, antes de empezar la sesión de yoga en mi casa, dedico unos minutos a calentar. Principalmente caliento articulaciones, ya que son las zonas más vulnerables para sufrir lesiones.

Este punto lo deberíamos hacer antes de cada sesión, pero … ¿Quién no se la ha saltado alguna vez?

El agarrotamiento de los músculos debido al frío hace muy necesario que, en invierno, le dediques un tiempo extra al calentamiento. Los músculos deben “despertar” para poder empezar la rutina de yoga. Si quieres darle más flexibilidad y evitar las posibles lesiones, con el frío dedica al menos 10 minutos a calentar el cuerpo. Con movimiento, no con el plumón encima 🧣, que nos conocemos 🧐.

 

RITMO FLUIDO

En invierno, el ritmo de una sesión de yoga debe ser más fluido, para que el cuerpo pueda mantener el calor que va generando con las asanas. Yo empiezo con movimientos suaves, acompañados de una respiración profunda. De esta forma voy reactivando el cuerpo, aumentando poco a poco mi temperatura y, dándole movilidad a los músculos.

El resto de mi rutina de yoga en invierno suele ser con movimientos fluidos y lentos. Hago asanas en las que muevo constantemente la columna vertebral. Asanas de equilibrio. Y, muy importante, asanas para avivar el fuego interno 🔥.

Asana Gato/Vaca

 

RUTINA DE YOGA PARA EL INVIERNO

Puedes empezar hoy mismo con esta rutina de yoga sencilla para calentarte.

Empieza practicando una respiración energizante y purificadora como kapalabathi (te explico más sobre ella en el post sobre los Pranayamas). Este pranayama te ayuda a aumentar mucho la energía puesto que activa el sistema nervioso central y autónomo, es por ello que te recomiendo que lo hagas a primera hora de la mañana.

Ya con un la energía y el calor empezando a despertarse en tu interior, colócate en la esterilla para realizar al menos cinco vueltas de Surya Namaskar (el saludo al sol). Esta secuencia fluida es uno de los ejercicios más sencillos y completos. Verás cómo, al terminar estas rondas, notarás el calor por todo tu cuerpo.

Ahora puedes practicar los asanas que más te ayuden, pero yo te recomiendo los siguientes:

Utkatasana o postura de la silla. Con esta silla vas a notar cómo las piernas entran en calor y se fortalecen. Para entrar en la silla, imagina que te tienes que sentar en un baño público y que no quieres tocar la taza… 😉 Siente toda la fuerza en las piernas y mantén la espalda recta.

Desde la postura anterior, inclina todo el cuerpo hacia delante y lleva las manos al suelo (o a algún soporte cómo un bloque si lo necesitas) y estira las piernas. Entra en Uttanasana o postura de la pinza de pie. Deja que se relajen las piernas y estira toda la parte posterior de tu cuerpo. Relaja la cabeza, el cuello y los hombros.

Postura de la pinza de pie

Sigue esta secuencia con un movimiento fluido entre Adho mukha svanasana y Urdhva mukha svanasana (perro boca abajo y perro boca arriba). Con esta secuencia vas a fortalecer brazos, piernas y espalda, al mismo tiempo que el calor se apodera de todo tu cuerpo. Ten en cuenta que en la postura del perro boca arriba solo deben estar apoyados en la esterilla los pies y las manos.

Para seguir, puedes darles un pequeño descanso a los brazos haciendo Virabhadrasana I (postura del guerrero 1). Deja la cadera apuntando hacia delante y asienta bien ambos pies en la esterilla.

Postura del guerrero 1

A estas alturas de la rutina de yoga debes estar ya sin una pizca de frío, ¿verdad? Pues para mantener este calorcito interno durante todo el día, sigue con un par de asanas más.

Prepárate para hacer la tabla, apoya firmemente las manos y los pies y coloca el cuerpo tan recto y activo como puedas. Lleva la mirada a las manos y mantén esa posición de 20 a 30 segundos. Si quieres darle un poco más de intensidad a esta tabla, lleva una rodilla al codo del mismo lado, repite este movimiento 10 veces para cada pierna.

Postura de la plancha

Para terminar, descansa un minuto en Balasana y deja que todo la energía y el calor que has generado se quede en tu interior.

También te dejo esta otra rutina. 4o minutos para dedicarte a trabajar con tu fuego interno 🔥

 

MANTA Y TÉ

Tras la clase, llega el momento de la relajación. Ahí es importante no quedarse frío, ya que al estar inmóvil la temperatura del cuerpo baja unos 3ºC. Para mantener ese calor interno, lo mejor en épocas de frío es ponerse una buena manta encima. Y al terminar, una buena taza de té calentito ☕️ para mantener la temperatura y relajar el cuerpo.

 

La práctica de yoga en invierno debe ser un espacio personal que te ayude aumentar tu salud. Haz que surja y se mantenga la hoguera en tu interior. Deja que tu fuego atraiga los abrazos de tus seres queridos. 😍

A pesar del frío, yo disfruto del invierno, de los auto-cuidado, de los mimos de mis seres queridos, de una buena taza de té calentito. Y de la ropa gordita, por supuesto. 🤣

 

¡Nos vemos en la esterilla! (y bajo la manta) 😜

 

Blanca

yogaconblanca@gmail.com

Creo que con la ayuda de un buen profesor, puedes descubrirte a ti mismo y comprobar todos los beneficios que el yoga te puede aportar ¿Me dejas que te ayude en este camino?

Sin comentarios

Deja un comentario